Esta es una nota de Eroski Consumer que me parece muy acertada como para recordarla (darle click al enlace a continuación):
Trucos para superar berrinches y rabietas
Lamentablemente en internet la información no es fiable, en la medida en que cualquier ciudadano puede crear una página y hablar como si fuera una autoridad acerca de cualquier tema. He visto muchas notas en las que la información es cuestionable, ligera, incompleta o cuya autoría es de periodistas, maestros, técnicos en enfermería o padres de familia que consideran, seguramente con buena intención, que su experiencia particular es generalizable, como si fuera un estudio científico.
El tema de los berrinches, rabietas o pataletas de los niños pequeños, al ser un fenómeno propio del desarrollo o del ciclo vital humano, es materia de estudio y tratamiento de la psicología, de tal manera que es recomendable fijarse siempre en quién está emitiendo las recomendaciones que se leen por ahí.
La nota que cité arriba, aunque no agota el tema, sí me parece adecuada en general. Si se fijan en la sección de comentarios, verán que algunas personas cuestionan, a veces indignadas, la estrategia de ignorar al niño cuando hace el berrinche. Eso es porque lo ven como un maltrato, como un tratamiento no respetuoso o porque han leído eso en alguna página no profesional.
El ignorar el berrinche es parte de una estrategia que se usa para el tratamiento de casos en los que el niño ha llegado a utilizar las rabietas como una forma de conseguir lo que quiere de forma sistemática. Cuando se llega a este punto, es importante tomar acciones porque si el niño crece de esa manera es posible que más adelante desarrolle un trastorno de conducta, un trastorno destructivo de control de impulsos o, inclusive, más adelante, en la juventud o adultez, desarrolle una manera de ser agresiva o que choque contra la ética, la moral o las leyes, de tal manera que este tema no es asunto que se deba tratar a la ligera.
Yo sugeriría que si a los padres no les sale natural este método, y al mismo tiempo tienen problemas con las pataletas de su hijo, acudan con un profesional para que los guíe en la estrategia, cuya aplicación y resultados se dan en un relativo corto plazo, pero que hay que saber aplicarla, porque no es muy intuitiva, no se entiende del todo por sentido común y además porque en un primer momento se intensifican más los berrinches del niño (esto no menciona la nota), para luego recién, cuando los padres y adultos cercanos han sido constantes, empezar a decrecer hasta finalmente desaparecer exitosamente.
Esta técnica no solo se trata de ignorar al niño, sino también de prestarle toda la atención a los comportamientos que se consideran que les ayudarán a desarrollarse adecuadamente, felicitándole y dándole afecto cuando está tranquilo, cuando dialoga, cuando aprende a aceptar un "no". No es solo ignorar para que se calme, es enseñarle al niño que de maneras disruptivas, como gritar, llorar, tirarse al suelo o agredir, no obtendrá la atención que desea de los adultos, y que estos sí se la darán cuando se comporte de manera conveniente a su desarrollo.
¿Cuándo los berrinches son un problema?
Desde antes de los 2 años hasta los 5 años es esperable y normal que los niños hagan rabietas algunas veces. Por eso es bueno que los papás estén preparados para ellas. Hasta aquí no hay problema. Considérese un problema cuando se ve que el niño realiza este comportamiento constante y sistemáticamente y cuando los papás empiezan a darse cuenta de que han perdido el control de la crianza.
En estos casos, lo recomendable es que lo más pronto posible acudan con un profesional (psicólogo infantil) para que los guíe en el manejo de esta problemática. Para estos casos, el procedimiento basado en evidencia científica es justamente el de la extinción (el que los padres aprendan a ignorar las rabietas y más bien a prestar atención a los comportamientos adecuados de su niño, recompensándolos con palabras, muestras de cariño, felicitaciones y algunas veces algo material - algún bocadito que le guste, un dulce o un juguete) y es por ello que se recomienda, no por el afán de salir rápido del problema, ni menos para maltratar a los pequeños.