23 sept 2012

Tercera edad: actividad versus inactividad


A medida que avanza la edad, la sabiduría de las personas se enriquece, por la cantidad de años de sucesos vividos y por la capacidad de razonar las decisiones que otorga la misma experiencia y el hecho de que uno ya no es joven y no siente las mismas ansias ni la misma urgencia por lograr ciertos objetivos. Esto da un adicional de calma, de tranquilidad, de objetividad y de distancia para pensar y tomar decisiones más razonadas. Por ello, entre otras cosas, las personas tendemos a buscar el consejo de una persona mayor.

Pero el avance de la edad también tiene sus contrapartes. Una de ellas es el deterioro del sistema nervioso y, específicamente, el deterioro de las funciones del cerebro, como la memoria de sucesos recientes, la formación de nuevos aprendizajes o la ejecución de los mismos. De esta forma, el envejecimiento afecta al sistema nervioso, hay muerte neuronal acumulada por el paso del tiempo y el cerebro ve disminuido su peso y su volumen.

Mantener la actividad

La mejor manera de contrarrestar el deterioro cognitivo propio del avance de la edad es mantener la actividad mental. Esto sigue la lógica de la neuroplasticidad; si se mantienen las funciones activas, los mecanismos para poner en marcha dichas funciones no sólo serán mantenidos por nuestro sistema nervioso, sino que probablemente se fortalecerán. En adultos mayores, la actividad mental sirve para retrasar o incluso detener el deterioro de las funciones cognitivas.

¿Cómo mantener la actividad mental?

- Ponerse objetivos y cumplirlos.

- Tener pasatiempos constructivos, que impliquen cierta actividad, y cultivarlos. Y al decir "pasatiempos constructivos" no estamos hablando de sentarse a ver televisión todo el día, por ejemplo, ni tampoco de actividades adictivas, como asistir sistemáticamente a casinos o a casas de juegos de azar).

- Desarrollar, en lo posible, cierta actividad laboral o académica; enseñar o estudiar algo nuevo.

- Aprender a hacer cosas nuevas, más allá de lo académico (nuevos juegos de mesa o de otro tipo, nuevas recetas de cocina, nuevos pasatiempos en general).

- Las novedades son excelentes, salir de la rutina, no estancarse en ella.

- Mantener la actividad física, ya que tener el cuerpo en actividad garantiza que también nuestro sistema nervioso se mantenga activo y funcionando. Por supuesto, la actividad física debe realizarse con todas las precauciones del caso, y esto es necesario para todas las edades. Si es necesario debería consultarse con el médico o profesional a cargo.

- Mantener el contacto con otras personas; mejor si se comparte con ellas una actividad con objetivos. Y cuando hablamos de contactos, hablamos más de calidad que de cantidad.


Evitar la inactividad


Las personas mayores tienden mucho a deprimirse, debido a muchos factores que se relacionan con la edad. Lo que hace la depresión o los síntomas depresivos, entre otras cosas, es, justamente, reducir la voluntad de las personas de mantenerse activas:

- Hay exceso de sueño o, por el contrario, falta de descanso, lo que genera, en ambos casos, fatiga y desgano.

- El apetito se puede alterar, lo que implica una nutrición inadecuada, lo que a su vez puede afectar la disposición de la persona a mantenerse activa.

- Se puede presentar un ánimo triste, melancólico, aburrido, intolerante, irritable, lo que aleja a las personas del contacto con los demás.

Si el mejor aliado para permanecer lúcidos, memoriosos y hábiles es el mantener la actividad mental y física, el peor enemigo sería la inactividad. El quedarse postrado, la soledad innecesaria, la rutina, las actividades repetidas una y otra vez, el sedentarismo, la pasividad de escuchar todo el día la radio o de ver todo el día la televisión, o, peor aun, de quedarse en cama sin tener indicado un descanso médico, todo ello afecta negativamente y ayuda a que el sistema nervioso del adulto mayor se deteriore de forma más veloz.

Esta es una de las razones por las que es importante enfrentar la depresión, ya que esta puede impedir que la persona se mantenga activa, por más que lo desee. Si no hay depresión, por más dificultades que existan, se podría intentar desplegar un cierto nivel de actividad.

Si la persona o sus allegados creen que está deprimida, es mejor consultar cuanto antes con un profesional de salud mental y hacerle frente al problema. Poco a poco, con un tratamiento adecuado, podrá animarse a realizar más actividades placenteras.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

21 sept 2012

Distintas fases de sueño favorecen distintos tipos de memoria


En una entrada anterior mencionamos que habría una relación entre la calidad y la cantidad de sueño, por un lado, y la memoria y el aprendizaje, por el otro. Aunque se trata de un tema aún en discusión, es recomendable tomar en cuenta lo que proponen estas investigaciones.

Distintas fases de sueño, distintos tipos de memoria

Las investigaciones sugieren que las distintas fases del sueño tendrían una relación importante con la consolidación de nuestras experiencias en memorias. Si no, preguntémonos cuántas veces hemos soñado cosas relacionadas con lo que hemos experimentado el día anterior.

Cada fase de sueño, las iniciales y las de sueño profundo, servirían para consolidar memorias diferentes, como podría ser el recordar algo que se dice (una fórmula matemática o una idea importante) o el recordar de algo que se hace (manejar una máquina o hacer un tipo de ejercicio físico).

La importancia de dormir completo y sin interrupciones innecesarias

Por esto decíamos que es muy importante dormir adecuadamente y dormir las horas completas. Dormir las horas completas permite a nuestro organismo cumplir las diferentes etapas de sueño que se requieren para un buen descanso, y permitiría consolidar mejor nuestras experiencias en memorias y así acceder a aprendizajes más eficientes, pues sin recuerdo, sin memoria, no hay posibilidad de aprender nada; y sin una buena memoria hay menos posibilidades para lograr un buen aprendizaje.

Así que, como decíamos en la entrada citada, es bueno recordar:

- Dormir bajo condiciones adecuadas: en un lugar lo más cómodo posible, oxigenado, limpio, sin hacinamiento y sin exposición a aparatos electromagnéticos.

- Dormir las horas completas, sin interrumpir el descanso con actividades innecesarias, entre 7 y 9 horas diarias, salvo casos excepcionales.

Referencia

Molle, Matthias & Born, Jan (2009). Hippocampus Whispering in Deep Sleep to Prefrontal Cortex—For Good Memories? En: Neuron. Volumen 61. Número 4. Páginas 496 - 498. Puede consultar este artículo en línea aquí.

17 sept 2012

Un niño que lee será un adulto que piensa

Encontramos esta imagen en internet:


Creemos que es verdad, pero, como muchas cosas, también tiene sus salvedades:

- Un niño que es obligado a leer o a escuchar lecturas, posiblemente aprenderá a rechazar la lectura.

- No limitar la lectura a los textos que brinda el colegio. Muchas veces los textos escolares no son del agrado o del interés de los niños.

Ofrézcales a sus hijos la posibilidad de leer textos que ellos deseen desde muy chiquitos.

Concédales siempre, sin condición, las lecturas que a ellos les interesan, siempre que sean adecuadas para su edad. Nunca condicione un libro o una revista a otra cosa ("si te portas bien te lo compro"). Condicione otro tipo de pedidos, no un libro o una revista. Puede perder la oportunidad de conectar a su hijo a una lectura placentera.

- Jamás utilizar la lectura como castigo.

16 sept 2012

La falta de sueño adecuado y sus efectos sobre el aprendizaje y la memoria

Ilustración: Lucía Fernández

La falta de sueño adecuado o de horas de sueño puede afectar muchas áreas de la salud de las personas. Acá sólo mencionaremos dos:

1) La capacidad de aprendizaje en general

2) La capacidad para formar nuevas memorias: es decir, los recuerdos antiguos permanecen intactos, pero la persona puede ver menoscabada la capacidad de su sistema nervioso para registrar los nuevos acontecimientos o aprendizajes y fijarlos de tal forma que se formen recuerdos de sucesos recientes.

Estas dos áreas son de vital importancia para todas las personas de todas las edades, ya que aprendizaje y memoria son procesos fundamentales en casi todas las actividades que desempeñamos.

Para un niño o adolescente, por ejemplo, determinará su rendimiento académico, mientras que para un adulto determinará su rendimiento o productividad laboral, así como para un adulto mayor determinará la velocidad del deterioro producto del envejecimiento, puesto que mientras su sistema nervioso siga siendo capaz de aprender y de acumular experiencia, permanecerá activo y ejerciendo resistencia al paso natural del tiempo.

Cómo dormir

Aquí son importantes dos cosas: un sueño adecuado y un número adecuado de horas de sueño. Un sueño adecuado tiene que ver con dormir en un espacio tranquilo, oxigenado, sin hacinamiento, sin interrupciones excesivas y sin exposición a aparatos electromagnéticos. Lo ideal es que se pueda dormir de corrido, tal vez interrumpiendo sólo para ir al baño una o dos veces para luego continuar descansando.

Con respecto al tiempo, lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas diarias, dependiendo de las necesidades de cada persona; salvo excepciones, no menos ni más.

Referencia

Hagewoud, Roelina; Havekes, Robbert; Novati, Arianna; Keijser, Jan N.; Van Der Zee, Eddy A.; Meerlo, Peter (2009). Sleep deprivation impairs spatial working memory and reduces hippocampal AMPA receptor phosphorylation. En: Journal of Sleep Research. Volumen 19. Número 2. Junio 2010. Páginas 280 - 288.

Puede leer este artículo en línea aquí.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe