24 ago 2015

Hijos adictos a las redes sociales o a los videojuegos


Ya sabes, papá o mamá: si te preocupa que tus hijos pasen mucho tiempo frente a la computadora, al celular o a la tablet, ofréceles también otras opciones. Si los tienes encerrados en la casa, ¿qué otra cosa podrían hacer? Si no les permites salir, no les estás dejando muchas alternativas que digamos.

17 ago 2015

Niños y adolescentes con celulares y tablets: control de contenido


Recordando un poco lo que ya hemos mencionado: los teléfonos celulares y tablets no son para menores de edad. Sin embargo son pocos los padres que mantienen a sus hijos menores sin estos dispositivos. Tomando en cuenta esta realidad, se recomienda que si se va a dar estos aparatos a los menores, se les dé entre los 8 y 10 años de edad, sí y solo sí los padres van a supervisar activamente su uso, pues a esa edad son más dóciles y más proclives a confiar en sus papás. Si esto no va a ser así, se recomienda que no se dé estos dispositivos a los hijos hasta los 14 años, puesto que los adolescentes y púberes justamente son más rebeldes y tienden naturalmente a violar las normas de los padres y a desconfiar de ellos.

Ahora bien, sea la edad que tengan, la supervisión parental es importante y mientras más chicos son los hijos, es más necesaria. Ya hemos hablado del control del tiempo de uso y también del respeto de ciertas situaciones, especialmente las horas de comida. Ahora hablaremos un poco acerca del control del contenido.

Control de contenido: una forma de supervisión de celulares, tablets y computadoras

Es muy usual que los papás dejen acceso ilimitado a los chicos a internet, a las redes sociales y a la descarga de aplicaciones. Esto representa un peligro. Incluso en una red social tan concurrida como Youtube, los internautas podemos tener acceso libremente a material netamente adulto que es nocivo para los menores, especialmente para los niños.

Por ejemplo, los usuarios de Youtube saben perfectamente que a través de esta red social, un niño o adolescente podría tener acceso libre a material pornográfico, a vídeos sexuales extremadamente perversos (por ejemplo, vídeos de zoofilia como "Two guys one horse" o vídeos de coprofilia y coprofagia como "Two girls one cup", a cine adulto (por ejemplo a películas del género gore), a vídeos caseros con contenido adulto o incluso a material snuff (por ejemplo, el famoso vídeo "Three guys one hammer").

Ahora, el riesgo de exposición a contenidos inadecuados en la navegación no se limita a Youtube. Basta con poner una o dos palabras clave en el buscador de Google o en cualquier buscador para que aparezcan vídeos o imágenes de los que se tendría que cuidar a los menores. Estas imágenes y vídeos están por todas partes (empezando por los portales pornográficos a los que se tiene libre acceso desde cualquier celular, tablet o computadora) y la única forma de controlar que no ingresen a un dispositivo es mediante el control y la supervisión de los padres.

Lo mismo sucede con la descarga de aplicaciones. Si los padres no supervisan este tema, los menores pueden tener libre acceso a redes sociales o a servicios que podrían exponerlos a pederastas o a delincuentes, a la descarga de videojuegos inadecuados para su edad o a archivos malintencionados que podrían vulnerar la privacidad de su información o dañar sus dispositivos.

¿Cómo controlar el contenido?



Los padres pueden activar el control parental en los navegadores y proteger con contraseña la descarga de aplicaciones, de tal forma que si los chicos quieren alguna aplicación en particular, ésta tenga que estar previamente autorizada por sus papás. Si ellos deben pedir permiso para algo tan sencillo como ir a montar bicicleta al parque, ¿por qué no pedir permiso para descargar una aplicación?

Los papás se pueden informar e implementar estas restricciones en los dispositivos de sus hijos. Lo ideal es que lo hagan apenas entregan el dispositivo nuevo, como parte de las condiciones de uso. El teléfono celular, tablet o computadora ya debería haber sido configurado por los papás antes de ser entregado a su hijo. Los administradores de los sistemas operativos, de ser el caso, tendrían que ser necesariamente los papás, no los hijos.

Estas medidas podrían parecer muy draconianas, sin embargo, es importante recordar que estas recomendaciones se dan proporcionalmente al contenido nocivo y a las amenazas que implican ciertos usos y abusos de los dispositivos electrónicos. Si los papás se dieran la tarea de experimentar juntos y ver qué es lo "peor", lo "más loco", lo más perverso, lo más enfermizo que puedan ver en internet, verán que en el fondo no estoy exagerando. Los chicos son más curiosos y pueden llegar a ser más morbosos que los adultos, así que es casi seguro que frente al libre acceso, ellos precisamente buscarán esos extremos en la red.

Les recomiendo que se zambullan un momento en toda la perversidad y la violencia que hay en internet, tal y como si fueran adolescentes curiosos otra vez, para que experimenten en carne propia lo que sus hijos consumen o consumirían si es que ustedes lo permitieran.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

5 ago 2015

Teléfonos celulares y tablets no deben ser utilizados durante las comidas


Recordando un poco lo que ya hemos mencionado algunas veces en este blog: los teléfonos celulares y tablets no son para menores de edad. Ahora bien, es sabido que son pocos los padres que mantienen a sus hijos menores sin estos dispositivos. Tomando en cuenta esta realidad, se recomienda que si se va a dar estos aparatos a los menores, se les dé entre los 8 y 10 años de edad, sí y solo sí los padres van a supervisar activamente su uso. Si esto no va a ser así, se recomienda que no se dé estos dispositivos a los hijos hasta los 14 años.

Una forma de supervisión: delimitar los espacios y tiempos de uso de los dispositivos

Sea la edad que tengan, los hijos menores de edad deben manejarse bajo ciertas normas, y si son más chicos, con mayor razón, porque estos aparatos tienden a absorber la atención de los niños y adolescentes, que quieren estar utilizándolos en todo momento.

Aquí es donde los papás tienen un rol fundamental. A los chicos hay que enseñarles en qué momentos se puede y en qué momentos no se puede usar el dispositivo. Hay cierto consenso en que los dispositivos no deberían utilizarse en reuniones sociales, en presencia de personas con las que se está en una cita, en la cama antes de dormir, en las horas de comida, en espectáculos o conferencias (molestan a las personas que forman parte del público), mientras se está con un cliente o con un proveedor, etc.


Las horas de comida

Se sugiere que una de las regulaciones que hay que aplicar a los hijos con celular o tablet es que estos no pueden ser utilizados en las horas de comida, y menos aun cuando se está con otra persona de la familia compartiendo la mesa. Lo ideal es que esta norma se instaure en el momento mismo de entregar el dispositivo al niño o adolescente.

Aplicar esta norma es muy útil, pues así se enseña al hijo a regular su ansiedad por el uso del teléfono o tablet, se le enseña a preservar espacios de reunión familiar o simplemente a enfocarse en sus alimentos.

No se recomienda de ninguna manera permitir el uso de estos aparatos durante las comidas, salvo excepciones inevitables (como por ejemplo el estar esperando una llamada importante justo en ese momento).


Enseñar con el ejemplo

Ahora bien, para aplicar esta norma es absolutamente necesario que los papás también la estén cumpliendo; de otra forma no tendría ningún sentido y más bien se estaría enseñando al hijo a no ser coherente y a ser contradictorio en sus acciones.


A los adultos también nos convendría preservar los espacios de comida del uso de estos medios de comunicación, no sólo por salud mental, sino también por salud física. Todo el proceso de alimentación se perturba por el uso de celulares y tablets, así que conviene que los adultos empecemos a enseñar con el ejemplo.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe