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18 feb 2017

El poder de la adicción y la adicción al poder


Encontré este vídeo en una página que me recomendaron. Se trata de una conferencia brindada en Brasil por el médico húngaro canadiense Gabor Maté en el 2012, en la que habla acerca de las adicciones. La conferencia dura 18 minutos y está dirigida al público en general, de tal forma que todos podemos entenderla. Les recomiendo escuchar a este autor que tiene cosas interesantes qué decirnos acerca de este problema.
 

 
Me interesa recalcar algunas cosas a las que se refirió Maté:
 
- Las adicciones en general funcionan como analgésicos, y los analgésicos tiene la función de aliviar el dolor. El real problema aquí no es tanto la sustancia o la adicción, sino el dolor, el sufrimiento que está viviendo la persona. Maté menciona abusos sexuales en la niñez, negligencia en la crianza, abuso físico, abandono emocional, etcétera, como generadores de sufrimiento constante. Incluso menciona cómo las guerras o la violencia, al afectar a las madres (y padres), también generan experiencias de sufrimiento emocional en los bebés y en los niños, que desarrollan así mayores riesgos de generar una adicción en el futuro.
 
- Las adicciones estimulan la producción y recepción de sustancias en el sistema nervioso que brindan motivación y ganas de vivir (dopamina). La pregunta es: ¿cómo es que las personas con adicciones han perdido esta motivación, este empuje, estas ganas de vivir y de hacer cosas, de tal manera que necesitan que algo externo se las brinde?
 
- Las adicciones también estimulan la producción y recepción de endorfinas, analgésicos naturales que produce nuestro cuerpo que también tienen la función de posibilitar el apego entre padres e hijos y la experiencia de amor, en general. De la misma manera, aquí la reflexión que toca es: ¿qué pasó, cómo así las personas con adicciones necesitan que algo externo a ellos les brinde la posibilidad de sentir ese apego o ese amor que tendrían que poder sentirse, recibirse o experimentarse de forma natural?
 
Les recomiendo nuevamente ver el vídeo completo, ya que dice más cosas importantes al respecto. Incluso salta a ligar este tema con asuntos de escala mundial que nos competen a todos. Especialmente recomiendo ver este vídeo a las personas que tienen a alguien cercano con una adicción o quienes padecen de esto.
 

11 jul 2016

Un ejemplo de desinformación en internet


En el verano del 2014 publiqué una entrada titulada "Cuidado con la información en internet", en la que hablaba acerca de los riesgos de ser desinformado o engañado por publicaciones en internet, particularmente por publicaciones relacionadas con salud psicológica. También ponía un ejemplo, que ahora todavía recuerdo muy bien por lo grotesco del asunto. Pues bien, aquí les tengo otra muestra:

¿Un consumo de alcohol abusivo nos hace más tontos?


De acuerdo, me parece que aquí mismo he compartido alguna o varias publicaciones del portal ABC. En todo caso, cuando lo he hecho, he tratado de ser cuidadoso y me he fijado en la información que contiene la nota. Así como en este caso: se trata de un artículo publicado el año pasado, titulado "Un consumo de alcohol abusivo nos hace más tontos".

Bueno, apenas vi el título arrugué el entrecejo y dije "¿qué?", y lo abrí para ver qué cosa iban a decir para justificar semejante afirmación. En todo caso, si no había error o estafa informativa de por medio, de hecho tendría que ser algo sumamente interesante.

Bah, pero resulta que sí había error. Yo no sé si realmente hay una mala intención al colocar el título tan grandilocuente o es que se trata del error de un periodista que no maneja las sutilezas del lenguaje científico, y que en todo caso, al no estar capacitado, no debería escribir sobre el tema. Se trata de un artículo que desinforma y que contiene un grueso error en la interpretación de las investigaciones científicas, que ahora voy a explicar brevemente. Antes de seguir, sería bueno que revisen el artículo en cuestión:



El concepto de "asociación" NO quiere decir necesariamente que hay causalidad

Sí, sí, sé que el subtítulo que he puesto está bien raro y podría no entenderse, pero es que ahí radica el error del artículo de ABC. Lo voy a explicar lo más clara y brevemente que me salga:

El error en el artículo está en el título, y, además, es cuestionable lo tendencioso del primer párrafo. Sí, más que suficiente para desinformar completamente a los lectores, pues precisamente son esas dos cosas a lo que los lectores les van a prestar más atención.

El título ya lo sabemos, y sabemos que me hizo arrugar el entrecejo. Con respecto al primer párrafo dice lo siguiente:

«Menos listos; eso es lo que puede producir un consumo abusivo alcohol (sic), según un estudio del Instituto Karolinska (Suecia). El informe, que ha analizado la relación entre el cociente intelectual (CI) y la bebida, revela que un CI más bajo se asocia claramente con un mayor y más arriesgado consumo de alcohol entre los adultos jóvenes.»

Para justificar su conclusión, el autor de la nota pone que el estudio científico encontró que hay una "asociación" entre exceso de consumo de alcohol y bajo coeficiente intelectual. Esta "asociación" lo lleva a afirmar que el exceso de alcohol nos puede hacer "menos listos" (y en el título lo afirma directamente).

En realidad, en este primer párrafo no hay error alguno (como sí lo hay en el título). La clave está en ese "puede": «Menos listos; eso es lo que puede producir un consumo abusivo alcohol (...)». Pero la forma en que está redactado sí puede hacer que el lector lo lea como que es así y no como que puede ser así. Por eso digo que es tendencioso, además que hace juego con el título grandilocuente y falso.

Pero veamos, como lector, concluir del párrafo que el consumo excesivo de alcohol nos hace menos inteligentes no parece que sea un error. Si viene un científico y nos dice "oigan, hemos encontrado que el uso de videojuegos está asociado con déficit de atención en los niños", de hecho podríamos interpretar como que los videojuegos originan déficit de atención, PERO NO, eso no es lo que nos quiere decir el científico.

Lo voy a poner muy simplificado: en lenguaje científico (lenguaje estadístico, para ser más exactos) la palabra "asociación" significa que hay dos (o más) fenómenos que se suelen presentar juntos, o que se presentan juntos el suficiente número de veces como para llamarnos la atención. Eso es "asociación", dicho así a secas, ni más ni menos.

Ahora bien, dicho así, esto NO quiere decir, necesariamente, que una cosa sea causa de la otra. Por eso digo: asociación no quiere decir necesariamente causalidad. Para que se refiera a causalidad, el científico nos tiene que aclarar que se trata de una asociación directa o causal, cosa que no se dice en ningún momento.


Es más si uno lee el artículo con atención verá que los científicos aclaran que lo que ellos han encontrado NO es una asociación causal.

«Según Sjölund, «es posible que un mayor CI lleve a estilos de vida más saludables», aunque añade que «la asociación de CI y los diferentes resultados de salud podría deberse a problemas de la infancia, que podrían influir tanto en el cociente intelectual como en la salud, o que una posición socioeconómica en la edad adulta medie en esa relación».»

««Creo que gran parte de la asociación entre el CI y el consumo de alcohol puede ser indirecta y estar mediada por experiencias de la vida cotidiana y diferencias en las situaciones sociales», apunta Daniel Falkstedt, otro de los autores.»

Entonces, ¿a santo de qué ese título y ese primer párrafo resaltando la opción menos probable según los investigadores?

Lo que sí es verdad es que hay muchos casos de asociación en los que sí hay causalidad o podría haberla. Por ejemplo, la ciencia nos dice que el consumo de tabaco está asociado con cáncer, y sabemos que, además de estar asociado, el consumo de tabaco causa cáncer (asociación causal). Aquí lo que hay que tener en cuenta, para no confundirnos, es que cuando un científico nos dice que hay asociación y no nos dice nada más, solo quiere decirnos que se dan juntos dos fenómenos (X está asociado a Y), no que uno es causa del otro; para tal caso nos lo diría directamente (X causa Y - asociación directa o causal).

Conclusión


La investigación dijo claramente que encontraron asociación entre el alto consumo de alcohol y el bajo coeficiente intelectual, es decir, que en su muestra de sujetos parecía haber una tendencia, según la cual, a mayor consumo de alcohol, menos coeficiente intelectual. Eso es lo único que los investigadores nos están diciendo. En ningún momento nos han dicho que el consumo de alcohol nos hace más estúpidos (a pesar de que eso pueda ser verdad), pues eso no es lo que ellos han encontrado. Decir eso es decir algo que los investigadores NO han dicho. Por tanto, decir eso, es desinformar o directamente tergiversar la información para hacerla más llamativa y vender más o conseguir más visitas.

Por eso, nuevamente, cuidémonos de lo que leemos en internet. Ya vemos cómo un medio como ABC puede acabar publicando una información tan malinterpretada y tan falsa. Y repito, de esto no estamos libres ninguno de nosotros, porque finalmente somos seres humanos y también podemos equivocarnos. Y bueno, también existe la mala intención y el deseo de propagar información errónea o tendenciosa.

Es excelente leer e informarse e investigar, pero siempre con sentido crítico y no confiándose en que, porque dice lo que yo creo, va a ser necesariamente verdad. Ya vemos cómo muchos de nosotros podemos creer que en verdad consumir alcohol puede llevar a la persona a un estado de imbecilidad cuando se sobrepasa los límites y se llega al alcoholismo, pero eso no quita que lo que publicó ABC en esta nota contenga un título falso de toda falsedad, porque eso NO fue lo que concluyó el estudio que citaron.

10 feb 2016

Factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer: tabaquismo, sedentarismo, obesidad, colesterol alto, presión alta, diabetes


Queremos compartir con ustedes una entrevista al neurólogo argentino Emanuel Silva en la también argentina Radio Libertad. En esta entrevista se brinda mucha información interesante acerca de la enfermedad de Alzheimer, sus síntomas, aspectos del tratamiento, algunas recomendaciones y también se habla de los factores de riesgo. Silva es bastante claro: aparte de la edad, hay otros factores de riesgo, y menciona: tabaquismo, vida sedentaria, obesidad, colesterol elevado, presión alta y diabetes.

La edad es inevitable, pero los otros factores de riesgo sí se pueden evitar

Si llegamos a los 65 años de vida, inevitablemente tendremos el factor de riesgo correspondiente a la edad, y eso no hay manera de cambiarlo, pero esos otros factores que Silva menciona son muy importantes, porque todos se relacionan con aspectos psicológicos, como los hábitos alimenticios, el estrés, las rutinas diarias de carácter sedentario o las adicciones.


En otras palabras, la edad no la podemos controlar, pero los otros factores sí, incluso los factores más de tipo médico, como la diabetes o la hipertensión, dos enfermedades que están asociadas a factores psicológicos y se consideran psicosomáticas. Y ni qué decir del tabaquismo, la obesidad, el colesterol elevado o el sedentarismo.

Por ejemplo, el tabaquismo es claramente una adicción, pero la obesidad, el colesterol elevado o el sedentarismo también podrían tener que ver con adicciones, véase adicción a la comida chatarra o adicciones a la tecnología (televisión, videojuegos, internet), que generan hábitos sedentarios y déficit de actividad física. También estos factores de riesgo están relacionados con estrés, con ansiedad o depresión y demás problemas de salud mental que los preceden y que incluso se podría decir que los originan.

Esto nos hace recordar que todo lo que hacemos o dejamos de hacer en el presente tendrá consecuencias deseables o indeseables en el futuro, dependiendo de cual haya sido nuestra acción (o inacción). Este es un nuevo motivo para prestar atención a cómo estamos llevando nuestras vidas actualmente y elegir si optamos por modificar algunas cosas o no.

Aquí el enlace a la entrevista (la pueden escuchar al final de la nota escrita):

28 jun 2015

Si se siembra confianza en la niñez se cosecha confianza en la adolescencia


La confianza que los hijos le tienen a sus padres es un elemento importantísimo, tanto así que lo podemos ver como factor protector de un montón de amenazas contra la salud de las personas, a saber, acoso escolar, adicciones, delincuencia, enfermedades de transmisión sexual, embarazo adolescente, abuso sexual, etcétera, etcétera.

A los hijos, desde que son niños, hay que dedicarles tiempo, más allá de los cuidados básicos (alimentación, vestido, educación, vivienda, salud). Hay que darse tiempo para jugar con ellos, para conversar, para salir y hacer cosas juntos. Si un niño desea conversar o decir algo, no cortarlo aduciendo falta de tiempo. En todo caso, si uno está ocupado o apurado y lo que quiere el niño no es urgente, definir juntos un momento posterior para conversar, no simplemente decir "ahora no" y luego olvidarse que el niño quería conversar. De esta manera los hijos crecerán con la experiencia de que sus papás estaban ahí y se podía confiar en ellos.

Si uno no les da tiempo, no juega con ellos, no los escucha ni conversa con ellos, más adelante, en la adolescencia buscarán mitigar la soledad y llenar el vacío y la falta de apoyo en el grupo de pares o en otras personas (adultos idealizados, por ejemplo) u objetos (redes sociales, videojuegos, drogas), donde estarán expuestos a una serie de riesgos.

Por eso es necesario recordar que a los hijos, desde muy pequeños, hay que dedicarles esas horas de juego, de disfrute y de relación cara a cara, para luego cosechar esa confianza en los años críticos de la adolescencia, donde la confianza en los papás es tan importante como factor protector y como ventaja frente a la vida en general.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

22 abr 2015

El abuso del consumo de marihuana puede causar esquizofrenia


En esta página se detalla una investigación en la que se concluye que el uso abusivo de marihuana puede causar esquizofrenia.

Esta información es importante para que las personas, sobre todo las que todavía no han consumido, la tengan en cuenta y se cuiden de caer en una adicción.

¿Cómo saber si tengo adicción o cierto grado de dependencia?

Hay posibilidades de cierto grado de dependencia o de adicción si hay un uso sistemático de la sustancia; por ejemplo, consume todos los fines de semana o dos veces por semana o dejando un día. Si no lo hace, la persona se siente mal, ansiosa, aburrida, o inclusive puede presentar síntomas físicos y requiere el consumo en la siguiente fecha.

Una clave importante es el famoso "yo si quiero lo dejo". Esta expresión es engañosa. Las sustancias adictivas como la marihuana no avisan y el organismo de la persona cae en dependencia silenciosamente. El "si quiero lo dejo" es una forma que tiene la persona de creer que tiene las cosas controladas.

Una persona que no depende de la sustancia no diría "si quiero lo dejo", más bien diría que no es sistemático, que su uso no tiene orden, pudiendo pasar periodos de tiempo muy largos sin consumir, y que no siente ganas.

Riesgo de esquizofrenia

Así como el uso abusivo de tabaco puede causar cáncer, entre otros males, el uso abusivo de marihuana puede causar esquizofrenia.

La esquizofrenia es una de las psicopatologías más graves que existen, es incapacitante, en sus formas más graves es peligrosa, pues puede llamar a hacer daño a otros o a sí mismo, saca a la persona de la realidad a través de alucinaciones o ideas irreales que causan ansiedad y muchas veces requiere internamiento, algunas veces permanente.

Por poner un ejemplo: muchos de los llamados "locos de la calle", esas personas que andan con ropa rota o desnudos y sucios (no indigentes, sino personas con las que no se puede hablar normalmente), son precisamente personas con esquizofrenia, con la particularidad de que están abandonados a su suerte.

Psicosis transitoria

La marihuana puede causar psicosis transitoria, dice el artículo. Esto es interesante. La esquizofrenia es una enfermedad psicótica permanente. Sin embargo, basta un uso de la sustancia para poder caer en un cuadro transitorio de psicosis, es decir, la persona, por decirlo en términos simples, se vuelve loca por un corto periodo de tiempo. Por ejemplo, el usuario podría empezar a ver algo horrible en el sitio donde está y experimentar un terror muy grande, siendo en realidad que no hay nada en el lugar que justifique la alarma.


Conclusión

Es importante medir el uso de la marihuana, evitar caer en adicción. Hay quienes ingenuamente creen que la adicción a la marihuana no es peligrosa. Toda adicción es peligrosa y ahora se sabe que la marihuana, usada de forma adictiva, puede causar trastornos graves e incapacitantes. Hay que tener cuidado.

Link del artículo que difunde la investigación:

Investigación revela por qué la marihuana puede causar esquizofrenia

14 dic 2012

¿Tiempo de postular a la universidad?


Siempre que termina un año también termina una gran etapa para los jóvenes que concluyen el último año de secundaria. Se da por terminada toda la etapa escolar, que ha durado alrededor de 11 años, y comienza una nueva e incierta fase, más adulta, más autónoma, donde lo que vale es la decisión correcta y ya no tanto el adecuarse a las normas que dictan los adultos.

Buena parte de estos jóvenes han optado u optarán estudiar en alguna universidad. Y de ellos, algunos han elegido o eligirán postular a una universidad de aquellas a las que, por su competitiva demanda, cuesta cierto esfuerzo ingresar, vía, por ejemplo, un examen de admisión abierto.

A su tiempo las cosas pueden funcionar mejor

Muchas veces, los jóvenes, presionados por diversos factores, manifiestan su deseo de postular a la universidad elegida inmediatamente después de terminar el año escolar. Aquí hay que estar atentos al verdadero deseo de los jóvenes. Los papás pueden darse cuenta de si sus hijos están postulando inmediatamente porque realmente lo desean (porque están seguros de lo que quieren hacer y porque sienten ansias de adentrarse en ese nuevo mundo) o porque se encuentran influenciados por alguna presión adicional o premura innecesaria. Los mismos jóvenes pueden pensar en la posibilidad de estar haciendo esto por presiones ajenas a sus verdaderos deseos o si acaso verdaderamente desean lo que están haciendo y en el tiempo en que lo están haciendo.

Si nos damos cuenta de que los jóvenes están presionados, puede ser bueno pensar que a su debido tiempo las cosas funcionan mejor que apurándolas. Es mejor comer una fruta madura que una fruta verde. También es mejor sacar la comida del horno a su tiempo y no antes. A veces puede ser desesperante el tiempo que toman ciertas cosas para estar listas, pero eso no significa que vayamos a arruinarlas por ser incapaces de esperar un poco.


¿Por qué a veces conviene esperar?

1) Puede convenir esperar un poco porque ha finalizado una etapa de 11 años de educación escolar y esto puede acarrear diversas reacciones emocionales en los chicos. Algunos pueden ingresar en una etapa de duelo, a veces indetectable por la misma persona que lo sufre. Y esto sería lógico, pues ha culminado un periodo largo en el que se llevaba todo un estilo de vida y en el que se frecuentaba diaramente a personas a las que probablemente no se verá más con la misma regularidad. Por tanto, es una despedida, la despedida de algo bastante grande.

Por otro lado, se sabe que una persona que pasa por una etapa de duelo puede rendir menos académica o laboralmente. Por tanto, si es posible elegir, es mejor que pase la etapa de duelo antes de embarcarse en una empresa como esta.

2) Asimismo, al salir del colegio, los jóvenes puede que no estén seguros de lo que desean estudiar. Si no hay una seguridad, si se está eligiendo la universidad por su prestigio, porque los compañeros de la promoción van a esa universidad, porque la universidad está cerca de casa o "porque hay que hacer algo", es mejor esperar a que los chicos estén más claros acerca de qué hacer con su vida. Hay que recordar que lo que estudien estos muchachos es lo que harán por el resto de sus vidas.

Muchas veces se ve casos en los que los estudiantes cambian de carrera a la mitad de los estudios de pregrado (o a veces a más de la mitad). A veces los estudiantes muestran mal rendimiento académico porque lo que han elegido no les acaba de gustar. Muchos de estos chicos y chicas terminan cambiando de carrera, de universidad o incluso desertando de los estudios, con lo que se pierde un futuro profesional.

 
3) Otras veces conviene esperar por una cuestión de madurez emocional. Hay estudiantes muy talentosos que ingresan rápido, pero que debido a su inmadurez hacen su entrada al mundo adulto con el pie izquierdo, por ejemplo, cayendo en adicciones o en situaciones riesgosas. En todas las universidades hay grupos de muchachos que se exceden en sus libertades. Los más ingenuos, inmaduros y ávidos de experiencias estimulantes estarán proclives a caer en situaciones de riesgo.

No estamos diciendo que tomar las cosas con calma hará que los jóvenes no caigan en riesgos. Lo que sí puede suceder es que el tiempo antes de la postulación pueda ser una ventana para que el futuro estudiante madure sus ideas, o tenga otras experiencias que le den un poco de pausa y de mayor raciocinio a su vida.

El punto medio

Hay algo que se puede tomar en cuenta: "las cosas a su tiempo" no significan vagancia y vacaciones permanentes. "Las cosas a su tiempo" significa que los jóvenes pueden aprovechar un tiempo para unas semanas de vacaciones, pueden trabajar en algo si desean o hacer alguna actividad antes de embarcarse finalmente a estudiar para lograr una vacante.

El famoso "año de descanso" no es muy recomendable. Puede no ser correcto darle a alguien en bandeja de plata la experiencia de ser un mantenido. Eso no solo hará sentir mal a los padres, sino también al mismo joven, que, entre otras cosas, se podría sentir culpable de beneficiarse con semejante placer a costa del trabajo de sus papás o podría ver cómo sus compañeros avanzan mientras él se queda estancado, seducido por la experiencia de la ociosidad. Un año sin hacer nada puede asimismo aumentar los riesgos de una serie de afecciones psicológicas, como la depresión o las adicciones. Para remate, un año sin hacer nada hará más difícil al joven o a la joven su regreso a los estudios, tomando en cuenta que los estudios de la academia preuniversitaria son mucho más fuertes, demandantes y complicados que los de 5o de secundaria. Por eso, no conviene oxidarse tanto si se desea postular a una universidad de estas.

Como vacaciones, es decir, tiempo para descansar y no sentirse obligado a hacer nada concerniente al ámbito laboral o académico, puede ser adecuado como máximo el verano siguiente al fin del año escolar. Luego de ese tiempo, la persona debe hacer algo, como cualquiera de nosotros. Si se desea esperar un poco más para iniciar la preparación preuniversitaria, es necesario dedicarse a algo que le guste, aprender cosas nuevas o trabajar y tener la experiencia de producir.

Como conclusión

No es necesario apurarse. Si se acaba de salir del colegio hay que evaluar bien si realmente se desea empalmar tan rápido con los estudios preuniversitarios. Si es algo que realmente desea el joven o la joven, es necesario hacerlo así y empezar ya. Pero si no, no tiene nada de malo tomarse el tiempo con prudencia y administrarlo bien, sin nunca caer en extremos ni excesos.



Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

26 ago 2012

Neuroplasticidad positiva y neuroplasticidad negativa

Ilustración: Lucía Fernández


En la entrada anterior hablamos acerca de la neuroplasticidad o plasticidad neuronal. Esta propiedad natural de nuestro sistema nervioso puede jugar en nuestro favor o en nuestra contra, dependiendo de nuestras acciones.

Pongamos un ejemplo: un joven muy inteligente, con enormes posibilidades de desarrollo profesional egresa de la secundaria. Esto es lo que naturalmente se le dio, con estas capacidades vino al mundo, y hasta salir de la secundaria fueron desarrolladas y aprovechadas de manera adecuada.

Para decirlo de forma extremadamente simplificada, a este joven se le dan dos caminos extremos:

1) Desarrolla sus capacidades: por ejemplo, ingresa a una universidad y aprovecha esta etapa de su vida, con lo cual su sistema nervioso se fortalecerá y adquirirá habilidades nuevas y más complejas para desenvolverse en ámbitos especializados y de alto rendimiento.

2) Desaprovecha sus capacidades y las pierde con el tiempo: por ejemplo, adquiriendo una adicción que le impida especializarse, haciéndose expulsar de la universidad o repitiendo los ciclos y los cursos constantemente, drogándose y/o emborrachándose sistemáticamente con los amigos sin hacer nada más a conciencia.

En el primer camino, la neuroplasticidad en el sistema nervioso de la persona juega a su favor: sus células se unen entre sí en nuevas conexiones, arman nuevos circuitos, se generan nuevas neuronas, adquiriendo de esa forma nuevas capacidades y habilidades.

En el segundo camino, la neuroplasticidad juega en su contra. Sus redes neuronales se desconectan por el desuso, no se desarrollan las vías que anteriormente se habían aprovechado, las redes neuronales se debilitan, la persona no gana capacidades, sino que las pierde día tras día, sintiéndose a sí mismo cada vez más torpe, incapaz y poco inteligente.

Naturalmente, en la vida real las cosas no son tan simples. En la mayoría de casos veremos que las personas toman un camino intermedio entre estos dos extremos, pero de todas formas lo dicho puede servir para entender la idea esquemáticamente.

Factores que fortalecen la neuroplasticidad positiva

Actualmente se sabe que hay algunos factores que definitivamente fortalecen la neuroplasticidad positiva, animando a que nuestro sistema nervioso juegue a nuestro favor. Algunos de estos son:

- Actividad física
- Educación
- Nutrición adecuada
- Interacción social

Factores que fortalecen la neuroplasticidad negativa

También se sabe algunos factores que más bien animan a nuestro sistema nervioso a jugar en nuestra contra. Algunos de estos son:

- Poca actividad física
- Mala o pobre educación
- Mala nutrición
- Mal estado de salud
- Pocas horas de sueño

Para recordar

Aquí se tienen entonces cuatro cosas qué hacer y cinco cosas qué evitar; y esto vale para todas las personas, sean bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos o adultos mayores. Piense en usted mismo y en sus hijos y cuente. ¿Lleva a cabo los cuatro factores positivos? ¿Cuál le faltaría o lleva a medias? ¿Lleva a cabo algunos de los factores negativos? ¿Cuáles serían esos?

La idea sería ver la manera de ir sumando los positivos e ir cancelando los negativos, tanto en usted como en sus hijos o en las personas que tiene bajo su cuidado.

Referencia

David E. Vance, PhD, MGS; Anthony J. Roberson, PhD, PMHNP-BC; Teena M. McGuinness, PhD, CRNP, FAAN; Pariya L. Fazeli, BA (2010). How Neuroplasticity and Cognitive Reserve Protect Cognitive Functioning. En: Journal of Psychosocial Nursing and Mental Health Services. April 2010 - Volumen 48 · Número 4: 23-30. Puede ver el resumen de este artículo aquí.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

10 oct 2011

Un día de descanso: un día invalorable

Imagen alojada por servimg.com
Ilustración: Lucía Fernández

Hace poco vi un anuncio publicitario en un periódico que me chocó de primera instancia. Se anunciaba un modelo de camioneta “para cubrir todas las necesidades de tu empresa”. El anuncio ponía arriba, muy visiblemente lo siguiente:

“UN DÍA DE DESCANSO, ES UN DÍA PERDIDO”

Debajo de semejante sentencia aparecían dos de las camionetas y al costado un modelo haciéndola de empresario de saco y corbata mirando al lector con rostro solemne.

Lo poco que sé de publicidad me recuerda que los anuncios nos presentan un mundo deseado pero que no es real. Por ejemplo, un detergente que hace magia o un desodorante para hombres que hace que supermodelos caigan a los pies de quien lo usa. La publicidad utiliza esas ilusiones para recordarnos nuestros deseos y necesidades y vendernos u ofrecernos sus productos o servicios.

Ahora bien, para un mundo empresarial puede ser verdad que se desea el máximo de productividad, la máxima ganancia, el día de 36 horas y la semana de 8 días. En parte, por ahí se puede entender la sentencia “un día de descanso, es un día perdido”; no es nada grave, es como decir que si un hombre destapa un par de cervezas aparecerán dos chicas a cada lado. Lo grave se puede dar cuando efectivamente, queriéndolo o no, funciona esta idea, fuera del anuncio, en la vida real y cotidiana de muchos hombres y mujeres. Veamos algunas áreas que pueden verse afectadas por esto.

El encuentro con uno mismo

El no tener un día, un tiempo, un espacio para uno mismo, puede traer muchas consecuencias; una de ellas es que la persona se desconecta de sí misma, no tiene tiempo para pensar en ella, en su vida, en sus deseos, en sus fantasías, en sus placeres y en aquello que lo hace sentir mal o le preocupa. Es así que si hay algún problema personal o dificultad, la persona no podrá resolverlo, pues no tendrá un momento para darle la atención necesaria, trayendo como consecuencia que la dificultad se perpetúe, evolucione o, en el peor de los casos, se agrave.

Lo dicho anteriormente no se limita al plano psicológico; también alcanza a la salud física. Esto lo podemos entender desde el momento en que utilizamos la palabra “descanso”, donde el cansancio se entiende, en un primer momento, como un fenómeno físico. Si no paramos un momento, si no nos damos un tiempo regularmente, más allá de las horas de sueño, nuestra salud física se verá deteriorada y tendremos más probabilidades de que tarde o temprano aparezcan enfermedades o afecciones dolorosas y lamentables.

El encuentro con nuestros seres queridos

No parar más que para dormir lo básico también nos deja solos. Nos quedamos sin amigos, sólo con contactos, sombras de viejas amistades. Nos quedamos sin la familia extensa, a la que no tenemos tiempo de ver más que en los compromisos. Se pierde toda posibilidad de hacer algo sorpresivo y refrescante, aquello que une más a las personas, un sorpresivo fin de semana fuera de la ciudad, una noche de diversión, una inesperada salida al cine, al bar, al teatro, al concierto o al club.

El combustible para la pareja

La pareja hundida en la rutina laboral y doméstica también puede verse afectada. Se pierde la sensación de complicidad de los años previos a la convivencia, se pierde la pasión que se alimenta de lo inesperado (muchas mujeres sabrían de esto, especialmente a aquellas que les gustan los “detalles”). Esto se agrava si hay conflictos domésticos sin resolver. La relación se vuelve, más que una vida de pareja, una sociedad conyugal fría en constante tensión.

Preguntémonos cuán placentero sería darse un tiempo a solas con la pareja, como aquellos momentos de pareja que disfrutan los jóvenes despreocupados. Ahora preguntémonos cuántas veces se dan casos de infidelidad por asuntos como “no me prestaba atención”, “me sentía sola”, “¡siempre llegaba tan tarde!”, “siempre estaba trabajando”, “no quería que la tocara”, “siempre le dolía la cabeza”, “siempre estaba preocupada”, “ya casi no nos veíamos”, y demás.

Unos hijos con padres que existen

Tener a papá y/o a mamá trabajando siempre y durmiendo cuando están en casa tiene un nombre: se llama tener un papá o mamá ausente. Como diría la canción de Franco de Vita, “no basta” con la manutención para ser padres efectivos. Los niños necesitan jugar con sus papás, necesitan divertirse con ellos, ser sorprendidos por ellos, tener oportunidad de admirarlos y de aprender de ellos, y eso sólo se logra en los tiempos de descanso de los padres. Creo que ningún papá podría hacer nada de esto con sus hijos mientras trabaja, y si lo hiciese me sonaría a falsificación o, en todo caso, a aprendizaje de oficio de los niños más que de disfrutar de ocio con los papás; y esto los niños lo sienten y lo resienten.

Más allá del déficit que trae el hecho de tener papás ausentes, se puede hablar también de riesgos más concretos. Si papá y/o mamá no tienen tiempo para ociosear con sus hijos, estos quedarán expuestos más fácilmente a una serie de situaciones que van desde el acoso escolar no comunicado por falta de confianza, hasta el abuso sexual de personas que se aprovechan de la ausencia de los padres, pasando por un sinnúmero de situaciones peligrosas, como exposición a drogas, “malas amistades”, delincuencia, accidentes, crianza cuestionable de terceros, maltrato físico y psicológico, y un extenso etcétera. La ausencia de los papás puede derivar incluso en la muerte de su hijo o hija, sea accidental, provocada o autoprovocada, como se da en los casos de suicidio de menores.

Imagen alojada por servimg.com
Ilustración: Lucía Fernández

El ocio con los niños o adolescentes permite alimentar la confianza, el diálogo, puede permitir al padre o madre darse cuenta del estado de ánimo de su hijo o hija, puede permitir que ellos les cuenten a sus padres aquello que les preocupa o que les hace sentir mal, detectando así amenazas, muchas veces antes de que estas se realicen. Y lo más importante, permite disfrutar con ellos.

El invalorable día de descanso

¿De verdad un día de descanso es un día perdido? No lo creo. Es posiblemente el día más valioso de la semana, es el día en que podemos saborear el fruto de lo que hemos trabajado el resto de días, es el día que nos salva del “vivir para trabajar” y que nos permite “trabajar para vivir”. Es verdad, lamentablemente, que muchas veces la situación real de las personas adultas hace que el descanso sea casi una utopía, pero es importante intentarlo, hacer lo posible para atender esas otras áreas de nuestras vidas que pueden sentirse tan abandonadas.

Para los que tienen la suerte de poder descansar, háganlo, sin culpas, pensando que es una necesidad básica. Si hay hijos, es necesario luchar para organizarse y darse también momentos en pareja o para uno y sus otros seres queridos (amigos, familia). Hay que intentar no exponer a los niños a tener unos padres que se sienten obligados a sólo descansar para sus hijos. Los niños se dan cuenta de esto y pueden sentirse culpables o pueden sentir que tienen el control de los papás, lo que no es lo más saludable. En fin, pensemos que hasta Dios, en la tradición judeocristiana, descansó el séptimo día, y no sólo descansó sino que “lo bendijo y lo hizo santo”.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe