12 ago 2018

El egoísmo y la soledad de los hijos únicos


¿Es verdad que los hijos únicos acaban convirtiéndose en adultos egoístas o egocéntricos, o que han pasado su infancia sufriendo de una soledad terrible por el hecho de no tener hermanos? Muchas personas asumen esto como cierto, de tal forma que resulta indeseable formar una familia con un único hijo. ¿Qué tan cierto es esto?

Ni tan egoístas ni tan solos

La psicóloga Isabel Serrano Rosa tiene un artículo muy bonito en la revista Zen de El Mundo, titulado "Los hijos únicos: ni tan egoístas ni tan solos", en donde desmonta la rigidez de estas creencias. Según ella, el ser hijo único no solo no trae desventajas o mayor riesgo de sufrimiento psicológico, sino que incluso nos habla de varias ventajas, en comparación con los hijos de familias nucleares más numerosas, que se pueden dar si los papás ejercen una adecuada crianza.

Voy a enumerar estas ventajas, como resumiendo:

1) Pueden ser más cooperativos.

2) Pueden ser menos competitivos: estas dos primeras tienen que ver con el hecho de haber crecido fuera del marco de la rivalidad fraterna. Al no haber sufrido esta rivalidad con los hermanos, pueden no tener tan acentuada la competitividad y más bien pueden tener resaltada la cooperación propia de los seres sociales.


3) Pueden desarrollar más la extroversión.

4) Pueden ser más seguros de sí mismos: esta ventaja y la anterior podrían ser efecto de las ganas de compensar la soledad en casa con relaciones sociales fuera de ella.


5) Pueden ser más responsables: efecto del pasar más tiempo con adultos.

6) Pueden ser creativos: efecto de la necesidad de recurrir a la fantasía en los juegos en casa.

7) Pueden ser más estables como pareja: efecto de pasar más tiempo con los papás y de tener un ambiente más tranquilo en el hogar (más niños en casa, menos tranquilidad).

8) Pueden desarrollar mayor capacidad lingüística.

9) Pueden tener mayores capacidades intelectuales: esta ventaja y la anterior también tienen relación con la interacción con los adultos, esta vez en lo concerniente al lenguaje.


10) Pueden beneficiarse de mejor calidad educativa.


11) Pueden beneficiarse de mejor calidad de ocio: esta y la anterior vendrían a ser efecto de la disposición de mayores recursos económicos.



Desventajas

Como todo, el ser hijo único también trae algunos contras, que también dependen mucho de cómo se dé la crianza. Paso a enumerarlos:


1) Crecen sin un confidente en casa: esto prácticamente obliga a los papás a socializarlos muy pronto.


2) Pueden sobreadaptarse, madurar aparentemente rápido y tener un comportamiento agrandado.


3) Pueden ser más tímidos o inseguros: esto se puede dar si los papás los sobreprotegen.


4) Pueden ser muy complacientes: esto se puede dar si los papás ponen muchas expectativas en ellos.


5) Al no tener competencia o confrontación en casa con algún hermano, pueden ser más ingenuos en la calle (escuela, por ejemplo), si los papás los acostumbran a creer que son como príncipes que no tienen nada qué cuidar o temer.


6) Pueden no saber manejar el interés de los papás hacia otros niños.


7) El exceso de cosas materiales puede atraer amigos interesados o puede crearles la idea de que los amigos se "compran".


8) De adultos no tendrán con quién compartir el cuidado de los papás mayores.


Conclusión


Como se ve, el ser hijo único tiene pros y contras, y las ventajas se pueden aprovechar, mientras que las desventajas pueden ser evitadas.


Todo esto viene propósito del hecho de que hay parejas que realmente desean tener solo un hijo por diversos factores. Estas parejas reciben demasiada presión familiar y social, y sufren muchas veces conflictos internos y sentimientos de culpa por esta supuesta inconveniencia rígida de tener un hijo único. Esto aplica también para parejas que sufren problemas económicos, que tienen problemas de fertilidad o que son muy mayores. Ser hijo único no tiene por qué ser algo malo.



Referencia

Serrano Rosa, Isabel (2017). Los hijos únicos: ni tan egoístas ni tan solos. Recuperado de: http://www.elmundo.es/vida-sana/familia-y-co/2017/03/05/58b959c1ca47417f238b45f2.html

12 jun 2018

¿Cómo hacemos los psicólogos para no "volvernos locos"?

Encontré este meme en mis noticias de Facebook.


Lo que sucede es que un psicólogo o psicoterapeuta que está haciendo bien su trabajo no debería sentir esas ganas. ¡Esto es fundamental! Si un psicólogo siente esas ganas, es que están pasando al menos una de dos cosas indeseables:

1) El psicólogo de alguna manera está flaqueando porque el caso o la intensidad del mismo está sacándolo de su posición neutral. Esto puede ocurrir por ejemplo cuando el psicólogo tiene también asuntos sin resolver y el caso que está atendiendo lo está confrontando con ellos. Un ejemplo cualquiera: un psicólogo que ha sido víctima de abusos sexuales en el pasado que se encuentra frente a su paciente abusador sexual. Por eso es que es tan importante que los psicoterapeutas tengamos nuestra propia psicoterapia.

2) El psicólogo en cuestión es un profesional no capacitado, fuera de práctica o mal preparado. Esto es también algo que puede darse; toda disciplina o práctica humana tiene profesionales o técnicos excelentes, buenos, mediocres, malos y pésimos, y la psicología no es la excepción.

¿Por qué digo que un psicólogo que está trabajando suficientemente bien no debería sentir esas ganas? La respuesta está en un término un poco extraño:

Disociación instrumental

Esto es algo que todo programa académico de psicología tendría que tener, y de forma muy potente, ya que es uno de los pilares de la práctica de la disciplina y no basta con decirlo, ¡requiere entrenamiento! En mi caso, felizmente, se encargaron de inculcárnoslo con el énfasis debido, no sé si será así en todas las universidades, pero tendría que ser así.

Verán, cuando uno va al psicólogo, uno no va a tener una conversación común, que podría tener con un amigo, con un conocido, con un familiar, con el taxista o con el barman, ¡no! La comunicación con un profesional de la salud psicológica está regida por una teoría y una técnica, donde una de las columnas es esta "disociación instrumental" de la que hablo.

Disociación

"Disociación" se refiere a que la persona se disocia, es como si "se partiera", como un pastel. Los psicólogos nos disociamos cuando estamos atendiendo personas (o al menos deberíamos hacerlo si queremos atender bien), nos partimos como una pizza y los slices que no sirven o perturbarían el trabajo, los "echamos fuera de la sala".

¿Cuáles son esas tajadas que echamos fuera? Echamos fuera la tendencia a juzgar que todos tenemos. Por lo general, los seres humanos juzgamos los hechos según nuestra escala de valores y nuestra moralidad. Si tú tienes ganas de decirle a tu interlocutor "¡eso te pasa por imbécil!" es porque lo acabas de juzgar, acabas de juzgar que su comportamiento es estúpido y que el mal por el que está pasando se lo tiene bien merecido "por imbécil". Hay un juicio, una sentencia y un castigo. Eso es algo normal en las personas. Yo lo hago, probablemente tú lo hagas y las personas que te rodean también. No hay nada nuevo en ello.

Pues bien, esa tendencia a juzgar, el psicólogo en un adecuado ejercicio, la separa de su propio ser y la "apaga", la coloca "entre paréntesis", "cierra la aplicación", mientras dure la consulta e incluso, lo que es más deseable aun, protege toda la información que tenga que ver con su paciente o consultante de esa tendencia a juzgar que es tan natural en nosotros.


También echamos fuera buena parte de nuestra propia biografía, y solo la traemos de vuelta cuando nuestra experiencia podría servir de algo importante a la persona que está con nosotros. Echamos fuera otras tajadas más, pero baste con mencionar estas dos.

Instrumental

La palabra "instrumental" se refiere a que dicha disociación se utiliza como instrumento para alcanzar un fin, un objetivo. El objetivo es que el paciente o consultante se sienta libre de expresarse, porque solo así se podrá trabajar en el fenómeno que está motivando la consulta. El ejercicio de la psicología se parece en esto al ejercicio médico: si no te quitas la ropa, no se te podrá examinar, ni entender el problema, ni tratarlo. Es exactamente igual, mientras el paciente o consultante no se quite los ropajes psicológicos que hacen posible que presente su mejor cara a todos allá afuera, no se podrá entender bien qué sucede, y eso no sucederá mientras, por ejemplo, se sienta juzgado. Por eso esa disociación que hace el psicólogo es "instrumental", es un instrumento para que el paciente o consultante se sienta libre de "desnudarse".

Ahora bien, no solo sirve para eso. También sirve para que el psicólogo pueda trabajar sin perturbaciones propias. ¿Cómo escuchar, entender, comprender, ser empático o servir a alguien que en la calle o en cualquier otro lado te podría generar antipatía, indignación o incluso miedo? Igual sucede con sentimientos "positivos". ¿Cómo escuchar, entender, comprender, ser empático o servir (de manera profesional) a alguien que en la calle podría atraerte sexualmente o podría generarte ganas de ayudarlo mucho o de ser su amigo de lo bien que te cae? Esto se entiende mejor con un ejemplo: imagínate que no existe la disociación instrumental, que eres hombre y terapeuta de pareja y que llega una pareja a tu consulta. La mujer te atrae muchísimo y encima te hace gestos que interpretas (erróneamente o no) como de seducción o de coqueteo. ¿Con qué ganas la ayudas a salvar su matrimonio?

La disociación instrumental es herramienta para muchas cosas más en este trabajo, pero lo dejo ahí para no alargar tanto.

Entrenamiento

Algunas personas no creen que esto sea posible, otros no saben que así se trabaja en psicología (y también en muchas otras disciplinas - incluso personas que realizan trabajos que no requieren estudios académicos, como los mozos y meseras o los cajeros de banco, hacen un tipo de disociación instrumental cuando están trabajando, de lo contrario sería un caos). El hecho es que nos entrenan para esto. Pasamos seis años en la universidad y otros más formándonos en especialidades para, entre otras muchas cosas, poder hacer esto eficientemente. Así que no, un psicólogo no piensa que eres un imbécil, y por ende no tiene que aguantarse de decirte nada, a menos que sea un mal profesional o a menos que el caso lo haya hecho flaquear en la aplicación de la técnica, debido a motivos generalmente personales que el mismo profesional tendría que detectar y corregir para que no vuelva a ocurrir nunca más.

Esto responde también a una pregunta que me han hecho mil veces en el consultorio: "¿cómo hacen los psicólogos para no volverse locos?". Pues nada, aquí está también la respuesta que, al menos yo, manejo actualmente.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

21 abr 2018

Estadísticas lamentables acerca de la situación de la salud psicológica en el Perú


Las estadísticas con respecto a la situación de la salud psicológica en el Perú son francamente malas. Aquí comparto un par de muestras:

- El 15% de la población del país (1 de cada 6 o 7 personas) sufre de algún trastorno o enfermedad mental. Esto representa aproximadamente 5 millones de personas.

- De esta cifra, el 80%, aproximadamente 4 millones de personas, no recibe tratamiento alguno.

No caigamos en la ingenuidad de creer que estas cifras tan desastrosas se quedan en las casas de las personas. No, esta situación afecta también la vida pública, laboral, económica, familiar, política, académica, afecta absolutamente todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos de este país.

Recomiendo mucho a los lectores de este país y a cualquier interesado revisar la corta nota de prensa de donde obtuve estos datos:


11 abr 2018

Parejas durmiendo en habitaciones separadas


Cuando los miembros de una pareja de esposos o convivientes se quieren, se aman, desean permanecer juntos, cuidar de su relación y no separarse, pueden pensar en la posibilidad de dormir en habitaciones separadas si acaso detectan que el hecho de compartir la cama y/o la habitación está generando problemas, poniendo en riesgo la estabilidad o continuidad de la relación, y no hay mejor forma de resolver el problema.

Estas situaciones pueden ser de diversa índole y de diversa complejidad. Hay situaciones muy simples, como cuando uno de los miembros ronca y el otro resulta que es muy sensible a los ruidos.

Hay otras situaciones más complejas, como cuando las características de uno de los miembros, sin ser necesariamente algo negativo, dificultan muchísimo el compartir un espacio tan íntimo. Esto puede darse, por ejemplo, cuando uno se casa o se enamora de alguien que necesita su propio espacio, por ejemplo, algunas personas con síndrome de Asperger o personas con rasgos obsesivos.

También puede suceder esto por una incompatibilidad con respecto al uso del espacio. De pronto a uno de los miembros le gusta mucho usar la habitación para comer, trabajar, ver TV, jugar videojuegos, escuchar música, estudiar o leer, mientras que el otro miembro desea utilizar su habitación para descansar, resultando que muchas veces no puede hacerlo por la actividad de su pareja. Si bien lo recomendado es que la habitación se use solo para descansar y para tener intimidad, de repente el primer miembro de la pareja no quiere vivir así, lo que configura una incompatibilidad que podría poner en riesgo la relación de pareja.

También hay situaciones de salud. Por ejemplo, en la nota que pongo como referencia aquí, hay un comentario de una lectora con fibromialgia, cuyo esposo se mueve tanto en la cama que la golpea, la empuja y la patea en la noche, haciendo que ella sufra innecesariamente más de lo que ya de por sí le ocasiona la enfermedad crónica que posee.

También podemos incluir situaciones especiales, como por ejemplo la de una pareja en la que uno de los miembros trabaja de noche y descansa de día. Esta pareja puede verse en la situación de no poder hacer uso de su habitación con comodidad en sus horas de vigilia, ya que el otro miembro está descansando.

El psicólogo Vicente Herrera-Gayosso nos ofrece una serie de datos interesantes acerca de este tema. Paso a mencionar algunos de ellos:

- El hecho de dormir en habitaciones separadas puede despertar nuevamente la pasión y el deseo sexual que suele amenguar con la convivencia o el matrimonio, ya que mantiene la distancia necesaria para añorarse, extrañarse y sentir atracción hacia aquello que no se tiene todo el tiempo a la mano.


- El número de parejas que tienen sus propias habitaciones va en aumento, a tal punto que se ve con más frecuencia diseños arquitectónicos que incluyen dos habitaciones principales en los proyectos de construcción de viviendas. [Lamentablemente el autor no especifica los países en los que se está dando este fenómeno].

- La costumbre de dormir en una misma cama en el mundo moderno occidental tiene un origen más económico que romántico. Esto se remite a los de años de la revolución industrial, en los que las ciudades empezaron a crecer demográficamente, provocando la necesidad de reducir los espacios en las viviendas.

- Algunas civilizaciones tenían la costumbre de que cada miembro de la pareja tuviera su propia habitación. Las culturas egipcia y griega serían ejemplos de ello. Esto nos puede llevar a pensar que el acto de compartir el lecho y la habitación no es que sea un mandato genético o natural.


Referencia

Herrera-Gayosso, Vicente (2016). ¿Es bueno para la pareja dormir en habitaciones separadas? Psicocode. Recuperado de: https://psicocode.com/pareja/funciona-para-el-amor-y-la-pareja-dormir-en-habitaciones-separadas/


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

19 mar 2018

Incremento de casos de sobrepeso y obesidad en el Perú


Recientemente han aparecido algunas estadísticas preocupantes que tienen que ver con el sobrepeso y la obesidad en el Perú.

Por ejemplo, en los últimos 10 años, el consumo de comida rápida se ha incrementado en un 265%, lo que es una barbaridad. ¡Casi se ha cuadruplicado!

El Perú se ha convertido en el tercer país latinoamericano en número de casos de sobrepeso y obesidad, detrás de México y de Chile.

Asimismo, más de la mitad de la población peruana de 15 a más años (53.8%) tiene sobrepeso. De ese porcentaje, el 18.3% sufre de obesidad.

En el caso de los niños de 5 a 9 años, el 19.3% tiene obesidad, prácticamente uno de cada cinco niños.

Problemas de salud (físicos y psicológicos)


Este problema pasa la factura físicamente cada vez más temprano a las personas afectadas. Se están empezando a reportar los problemas crónicos, como diabetes, hipertensión o males cardíacos, antes de los 30 años.

Sin embargo, el malestar psicológico empieza muchísimo antes, en la niñez. La autoestima de la persona es de los primeros aspectos en verse bombardeados a diario por la situación de sobrepeso. Los niños rápidamente se dan cuenta de que su rendimiento físico es limitado. En la adolescencia también pueden percibir que su atractivo físico sufre un menoscabo. Esto sin contar los casos en los que los pares, compañeros o amigos los hacen sentir mal de una u otra manera.

Una autoestima debilitada afectará toda la vida de la persona, pudiendo, por ejemplo, limitar la elección de pareja en el futuro, sus relaciones amicales y laborales, haciéndolo más vulnerable a problemas más complejos como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios o adicciones, los que, a su vez, pueden afectar el rendimientos académico o laboral, y así hasta que se empiecen a dar las manifestaciones físicas.

Este panorama no es nada deseable y, lamentablemente, las personas con sobrepeso, y más aun las personas con obesidad, tienen muchas probabilidades de sufrirlo.

Recomendación para los papás

Concretamente el origen de este problema se encuentra en dos aspectos:

1) Mala alimentación o malos hábitos alimenticios
2) Sedentarismo

A los papás que estén promoviendo cualquiera de estas fuentes de riesgo en sus hijos, nuevamente, se les recomienda asesorarse para modificar los hábitos familiares. En los casos más difíciles se puede hacer de forma gradual. Hay que recordar que no solo se trata de los niños, sino del ejemplo que reciben.

A los futuros papás se les recomienda que planifiquen muy bien este aspecto en pareja. Es conveniente adelantarse al problema, es sumamente importante.

Referencia

Perú es el tercer país de la región en obesidad y sobrepeso


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe