5 ago 2015

Teléfonos celulares y tablets no deben ser utilizados durante las comidas


Recordando un poco lo que ya hemos mencionado algunas veces en este blog: los teléfonos celulares y tablets no son para menores de edad. Ahora bien, es sabido que son pocos los padres que mantienen a sus hijos menores sin estos dispositivos. Tomando en cuenta esta realidad, se recomienda que si se va a dar estos aparatos a los menores, se les dé entre los 8 y 10 años de edad, sí y solo sí los padres van a supervisar activamente su uso. Si esto no va a ser así, se recomienda que no se dé estos dispositivos a los hijos hasta los 14 años.

Una forma de supervisión: delimitar los espacios y tiempos de uso de los dispositivos

Sea la edad que tengan, los hijos menores de edad deben manejarse bajo ciertas normas, y si son más chicos, con mayor razón, porque estos aparatos tienden a absorber la atención de los niños y adolescentes, que quieren estar utilizándolos en todo momento.

Aquí es donde los papás tienen un rol fundamental. A los chicos hay que enseñarles en qué momentos se puede y en qué momentos no se puede usar el dispositivo. Hay cierto consenso en que los dispositivos no deberían utilizarse en reuniones sociales, en presencia de personas con las que se está en una cita, en la cama antes de dormir, en las horas de comida, en espectáculos o conferencias (molestan a las personas que forman parte del público), mientras se está con un cliente o con un proveedor, etc.


Las horas de comida

Se sugiere que una de las regulaciones que hay que aplicar a los hijos con celular o tablet es que estos no pueden ser utilizados en las horas de comida, y menos aun cuando se está con otra persona de la familia compartiendo la mesa. Lo ideal es que esta norma se instaure en el momento mismo de entregar el dispositivo al niño o adolescente.

Aplicar esta norma es muy útil, pues así se enseña al hijo a regular su ansiedad por el uso del teléfono o tablet, se le enseña a preservar espacios de reunión familiar o simplemente a enfocarse en sus alimentos.

No se recomienda de ninguna manera permitir el uso de estos aparatos durante las comidas, salvo excepciones inevitables (como por ejemplo el estar esperando una llamada importante justo en ese momento).


Enseñar con el ejemplo

Ahora bien, para aplicar esta norma es absolutamente necesario que los papás también la estén cumpliendo; de otra forma no tendría ningún sentido y más bien se estaría enseñando al hijo a no ser coherente y a ser contradictorio en sus acciones.


A los adultos también nos convendría preservar los espacios de comida del uso de estos medios de comunicación, no sólo por salud mental, sino también por salud física. Todo el proceso de alimentación se perturba por el uso de celulares y tablets, así que conviene que los adultos empecemos a enseñar con el ejemplo.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

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