30 oct 2017

¿Por qué los adolescentes son tan poco empáticos y egocéntricos?


Si tienes hijos adolescentes te habrás dado cuenta de que tal vez son muy egoístas e, incluso, poco empáticos. Por ejemplo, tal vez sientes que piensan solo en su comodidad y no se ponen en el lugar de las personas que viven con ellos; dejan tiradas las cosas, no lavan sus platos o los dejan por cualquier parte, son sucios o pretenden que los sirvan como si fueran reyes, sin ellos dignarse a hacer nada ni menos a merecerlo. No se ponen a pensar que, tal vez, esos platos sucios, esa basura tirada en la sala o sus cosas ocupando toda la mesa del comedor, molestan a los demás miembros de la familia; no se ponen a pensar que no viven solos.

Tal vez te hayas dado cuenta de que para algunas cosas son muy inmaduros y dependientes, pero para otras sí que pretenden que los tomen como adultos autónomos, por ejemplo, a la hora de salir el fin de semana o a la hora de encerrarse en su cuarto y no permitir que nadie les supervise nada. Y es que evidentemente no les conviene reclamar madurez para algunas cosas, pero para otras cosas sí que les conviene, y mucho. No se detienen a pensar en cómo su comportamiento convenido, oportunista y poco responsable afecta a la otras personas, sus padres, hermanos o demás familiares.

¿Por qué son tan egoístas? ¿Por qué les cuesta tanto ponerse en el lugar del otro?

Lo que sucede es que en la adolescencia disminuye la materia gris de la corteza prefrontal del cerebro. Sucede esto por un pico, una alta actividad de poda sináptica que coincide con el inicio de la adolescencia y se prolonga hasta la adultez joven.

Al darse esta disminución de materia gris en la corteza prefrontal, se verán afectados los procesos cerebrales ligados a esta estructura del encéfalo, por ejemplo, la capacidad para interpretar el comportamiento social y la capacidad para ponerse en el lugar de las otras personas.


Ahora que ya se sabe...

Ahora que ya sabemos esto nos podemos dar cuenta de que tal vez no sea tan pertinente ir diciéndole al adolescente que ES un desconsiderado, que ES un insoportable, que ES un intratable, que ES un vivazo que solo quiere aplicar la ley del embudo a su favor.

Los adolescentes sí pueden ser empáticos; les puede costar esfuerzo porque las estructuras cerebrales destinadas a esas funciones se encuentran en construcción, y justamente por ello es que habría que ayudarlos a construir estas capacidades en vez de criticar, adjetivar, insultar o indignarnos.

Pensemos que si se nos lesionan las áreas cerebrales destinadas a la percepción auditiva, nos quedaremos sordos sin remedio, por más que no querramos. ¡Qué frustrante y poco empático sería que se enojen con nosotros por no escuchar! La diferencia es que la falta de empatía de los adolescentes no es irremediable; de hecho, sus cerebros se están preparando para ello. Hay que enseñarles con el ejemplo, ser empáticos con ellos y no atacarlos por estar en construcción.

Referencias

1) Sarah-Jayne Blakemore (2012). El misterioso funcionamiento del cerebro adolescente. Online:




2) Seiji Arakaki (2017). La empatía en la adolescencia. Online: http://www.ciapla.com/consejos/la-empatia-adolescente.php


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

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