Debido a esa elevada carga de calorías, estos productos, si son consumidos sistemáticamente, con cierta regularidad o en exceso, pueden generar un sobrante de energía que muchas veces los niños no saben cómo descargar, creándose condiciones para que manifiesten comportamientos impulsivos o brusquedad en su trato o en sus acciones, en general.
Recomendaciones
La recomendación es evitar crear un hábito del consumo de estos "alimentos" o, más aun, intentar evadirlos lo más posible, ya que su sabor hace que los niños les exijan a los padres que les den estas sustancias perjudiciales. Hay que evitar poner estos productos en las loncheras, pues entran a competir con alimentos más saludables. Con mayor razón, hay que evitar reemplazar las comidas con dichos productos.
Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe
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