Siempre que termina un año también termina una gran etapa para los jóvenes que concluyen el último año de secundaria. Se da por terminada toda la etapa escolar, que ha durado alrededor de 11 años, y comienza una nueva e incierta fase, más adulta, más autónoma, donde lo que vale es la decisión correcta y ya no tanto el adecuarse a las normas que dictan los adultos.
Buena parte de estos jóvenes han optado u optarán estudiar en alguna universidad. Y de ellos, algunos han elegido o eligirán postular a una universidad de aquellas a las que, por su competitiva demanda, cuesta cierto esfuerzo ingresar, vía, por ejemplo, un examen de admisión abierto.
A su tiempo las cosas pueden funcionar mejor
Muchas veces, los jóvenes, presionados por diversos factores, manifiestan su deseo de postular a la universidad elegida inmediatamente después de terminar el año escolar. Aquí hay que estar atentos al verdadero deseo de los jóvenes. Los papás pueden darse cuenta de si sus hijos están postulando inmediatamente porque realmente lo desean (porque están seguros de lo que quieren hacer y porque sienten ansias de adentrarse en ese nuevo mundo) o porque se encuentran influenciados por alguna presión adicional o premura innecesaria. Los mismos jóvenes pueden pensar en la posibilidad de estar haciendo esto por presiones ajenas a sus verdaderos deseos o si acaso verdaderamente desean lo que están haciendo y en el tiempo en que lo están haciendo.
Si nos damos cuenta de que los jóvenes están presionados, puede ser bueno pensar que a su debido tiempo las cosas funcionan mejor que apurándolas. Es mejor comer una fruta madura que una fruta verde. También es mejor sacar la comida del horno a su tiempo y no antes. A veces puede ser desesperante el tiempo que toman ciertas cosas para estar listas, pero eso no significa que vayamos a arruinarlas por ser incapaces de esperar un poco.
¿Por qué a veces conviene esperar?
1) Puede convenir esperar un poco porque ha finalizado una etapa de 11 años de educación escolar y esto puede acarrear diversas reacciones emocionales en los chicos. Algunos pueden ingresar en una etapa de duelo, a veces indetectable por la misma persona que lo sufre. Y esto sería lógico, pues ha culminado un periodo largo en el que se llevaba todo un estilo de vida y en el que se frecuentaba diaramente a personas a las que probablemente no se verá más con la misma regularidad. Por tanto, es una despedida, la despedida de algo bastante grande.
Por otro lado, se sabe que una persona que pasa por una etapa de duelo puede rendir menos académica o laboralmente. Por tanto, si es posible elegir, es mejor que pase la etapa de duelo antes de embarcarse en una empresa como esta.
2) Asimismo, al salir del colegio, los jóvenes puede que no estén seguros de lo que desean estudiar. Si no hay una seguridad, si se está eligiendo la universidad por su prestigio, porque los compañeros de la promoción van a esa universidad, porque la universidad está cerca de casa o "porque hay que hacer algo", es mejor esperar a que los chicos estén más claros acerca de qué hacer con su vida. Hay que recordar que lo que estudien estos muchachos es lo que harán por el resto de sus vidas.
Muchas veces se ve casos en los que los estudiantes cambian de carrera a la mitad de los estudios de pregrado (o a veces a más de la mitad). A veces los estudiantes muestran mal rendimiento académico porque lo que han elegido no les acaba de gustar. Muchos de estos chicos y chicas terminan cambiando de carrera, de universidad o incluso desertando de los estudios, con lo que se pierde un futuro profesional.
No estamos diciendo que tomar las cosas con calma hará que los jóvenes no caigan en riesgos. Lo que sí puede suceder es que el tiempo antes de la postulación pueda ser una ventana para que el futuro estudiante madure sus ideas, o tenga otras experiencias que le den un poco de pausa y de mayor raciocinio a su vida.
El punto medio
Hay algo que se puede tomar en cuenta: "las cosas a su tiempo" no significan vagancia y vacaciones permanentes. "Las cosas a su tiempo" significa que los jóvenes pueden aprovechar un tiempo para unas semanas de vacaciones, pueden trabajar en algo si desean o hacer alguna actividad antes de embarcarse finalmente a estudiar para lograr una vacante.
El famoso "año de descanso" no es muy recomendable. Puede no ser correcto darle a alguien en bandeja de plata la experiencia de ser un mantenido. Eso no solo hará sentir mal a los padres, sino también al mismo joven, que, entre otras cosas, se podría sentir culpable de beneficiarse con semejante placer a costa del trabajo de sus papás o podría ver cómo sus compañeros avanzan mientras él se queda estancado, seducido por la experiencia de la ociosidad. Un año sin hacer nada puede asimismo aumentar los riesgos de una serie de afecciones psicológicas, como la depresión o las adicciones. Para remate, un año sin hacer nada hará más difícil al joven o a la joven su regreso a los estudios, tomando en cuenta que los estudios de la academia preuniversitaria son mucho más fuertes, demandantes y complicados que los de 5o de secundaria. Por eso, no conviene oxidarse tanto si se desea postular a una universidad de estas.
Como vacaciones, es decir, tiempo para descansar y no sentirse obligado a hacer nada concerniente al ámbito laboral o académico, puede ser adecuado como máximo el verano siguiente al fin del año escolar. Luego de ese tiempo, la persona debe hacer algo, como cualquiera de nosotros. Si se desea esperar un poco más para iniciar la preparación preuniversitaria, es necesario dedicarse a algo que le guste, aprender cosas nuevas o trabajar y tener la experiencia de producir.
Como conclusión
No es necesario apurarse. Si se acaba de salir del colegio hay que evaluar bien si realmente se desea empalmar tan rápido con los estudios preuniversitarios. Si es algo que realmente desea el joven o la joven, es necesario hacerlo así y empezar ya. Pero si no, no tiene nada de malo tomarse el tiempo con prudencia y administrarlo bien, sin nunca caer en extremos ni excesos.
Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe
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