13 jun 2015

Los "atajos" en la crianza


Los padres actuales (...) recurren a una serie de “atajos” para evitar que sus hijos se aburran y armen un berrinche. Por eso no se les olvida llenarlos de aparatos electrónicos mientras esperan una cita médica o esperan a abordar un vuelo o tomar un autobús.

“Los niños también tienen que aprender a ser pacientes. Tienen que aprender a distraerse ellos solos. Tienen que aprender que no toda la comida va a estar siempre caliente y lista en menos de tres minutos, también tienen que ayudar en la cocina” (...).

Lo peor que puede hacer un padre es ir a correr a levantar a un niño cuando se cae: tan fácil como que aprenda a levantarse solo. Se debe de enseñar a los niños que “los atajos pueden servir de ayuda, pero que resulta muy satisfactorio hacer las cosas por la vía lenta”.

Cita tomada de: "Si no quieres hijos malcriados, no hagas esto"

Estos "atajos" que los papás toman son para evitar las dificultades a toda costa, ahorrarse las molestias, salir del paso rápido, evitar el sufrimiento; y con ello les enseñan a sus hijos a hacer lo mismo.

Una mariposa, para salir del capullo, sufre mucho. Pero si viene un hombre y la ayuda a salir, abriendo el capullo, esa mariposa saldrá malformada, pues el esfuerzo de salir del capullo es lo que le da la fuerza para sobrevivir, es lo que moldea su cuerpo, lo que lo fortalece. Una mariposa que emerge sin esfuerzo de su capullo, saldrá débil, frágil, incapaz de siquiera mantenerse en pie.


Eso precisamente hacen muchos papás. El niño se cae y para evitar el llanto, el dolor y el esfuerzo de aprender a levantarse, corren a levantar al niño. El niño se aburre, y para evitar el mal rato, le compran una tablet o una consola de videojuegos o, lo que es peor, un celular.

Todos los amigos del niño juegan un videojuego para adultos que está de moda y para evitar el mal rato y la insistencia del niño, a sabiendas de que eso es negativo, le compran el dichoso juego.

De esta forma, se forman futuros adultos incapaces de esperar, de pensar por más de un momento, incapaces de tolerar las frustraciones que nos esperan en la vida adulta, impacientes, inmediatistas, cortoplacistas.

Es necesario que los papás aprendan qué atajos se pueden tomar, qué molestias, que frustraciones vale la pena evitar, y cuales no. Ante las que es mejor no evitar, hay que armarse de valor, respirar hondo, luchar contra la adversidad, tomar el camino difícil. Sí, es sabido que los caminos fáciles muchas veces traen, a la larga, más mal que bien.

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