1) Porque tú los dejas
2) No hay consecuencias del mal comportamiento
3) Tú les dices a tus hijos que son especiales
4) Tú haces que tus hijos sean la cosa más importante en tu vida
5) Fallamos a la hora de enseñarles la diferencia entre derechos y privilegios
6) Trabajas en la autoestima de tu hijo
Hablemos ahora de la cuarta razón:
Tú haces que tus hijos sean la cosa más importante en tu vida
"Ellos no lo son. Yo sé que tú piensas que lo son pero no es así; cuando tú dejas a tus hijos pensar que son la persona más importante en tu vida, ellos aprenden a manipularte y tu terminarás haciendo lo que ellos digan. Tus hijos son importantes, no me mal entiendas, tus hijos deberían ser amados incondicionalmente; pero los padres que ponen por encima de todo, la felicidad de sus hijos y sacrifican su propia vida y algunas veces su matrimonio también, entonces cuando acabe la labor como padre, tus hijos crecerán y te dejarán, e irán en busca de su propia felicidad y tú te quedarás únicamente con tu esposo(a). Si todo tu tiempo y energía lo gastas únicamente en tus hijos, cuando ellos se vayan tú no tendrás la certeza de que tu compañero(a) estará contigo; esa es una de las razones porque hay divorcios luego de que los hijos se van, pues la única cosa en común que tenían eran los hijos, y nunca trataron de alimentar el amor marital como lazo de unión que no fueran los hijos. Esto mismo pasa con las madres y padres solteros, ellos gastan tiempo y energía en sus hijos, sacrifican su propia vida, pensando que lo mejor es servir a sus hijos y poner su vida "en espera" mientras los ayudan a madurar, pero después los hijos se van y ellos se quedan solos sin compañero(a) con quien envejecer juntos, por lo general terminan tratando y viendo a su hijo de 50 como si fuera de 4 años."
La autora parece irse un poco por las ramas aquí. Parecía que el artículo trataba sobre el mal comportamiento de los hijos, y ahora parece centrarse en el tema de pareja y de paternidad. Pero sí, efectivamente, unos papás cuya vida sólo gira alrededor de sus hijos, nuevamente les están enseñando a ser egocéntricos y egoístas, pues la primera experiencia de relación que están teniendo es con sus padres, que viciosamente giran a su alrededor y su vida está centrada en ellos. Es natural que siendo así estos niños se sientan reyes, se sientan como el sol, como centro de todo, cuando en realidad no lo son.
¿Esto puede generar mal comportamiento?
Sí podría, en la medida en que el niño sienta que tiene poder sobre sus figuras de autoridad, que giran alrededor de él como si fueran satélites. Efectivamente pueden aprender a manipular y los padres pueden tender a la sobreprotección. Los papás que giran demasiado alrededor de sus hijos pueden llegar a sentir que dependen de ellos y que sin ellos su vida no tendría sentido. Esto (que hasta cierto punto es natural en el hecho de ser papás) podría llegar a tener las características de una dependencia cuando está demasiado exagerado. Los hijos pueden percibir esto y aprender a manipular a estos padres debilitados.
Para concluir con esta parte, basta que uno de los padres se coloque en este rol para generar los problemas descritos. No necesariamente tienen que ser los dos. Por ejemplo, ¿cuántas veces hemos visto la combinación de padre ausente trabajando en exceso y madre sobreprotectora cuya vida gira notoriamente alrededor del hijo o de los hijos?
El tema de pareja
En una entrada del 2011 se hablaba aquí acerca de lo recomendable que era mantener la relación de pareja, evitar que la llegada de los hijos destruya el vínculo de la pareja que los engendró. Esto es importante. No sólo los chicos no serán colocados injustamente en el rol de reyes, sino que también se les salvará de la culpa que muchas personas tienen escondida dentro de sí mismas, esa sensación de haber destruido la relación de sus papás por haber nacido. Mucha gente tiene esto bien incrustado y escondido en el inconsciente, afectando de diferentes modos sus vidas adultas.
En conclusión
Los hijos, especialmente cuando son más pequeños, requieren muchos cuidados. Pero también hay que tener en cuenta que la adecuada crianza de los chicos también depende del bienestar de sus papás. Ellos también tienen que cuidarse, proveerse de lo que necesitan y satisfacerse. De no ser así, ya no se trata de una crianza, sino de un sacrificio. El sacrificio coloca al niño en una situación de privilegio que no viene al caso y encima le puede generar sentimientos de culpa y de rabia escondidos, así como tendencia al egoísmo, manipulación y mal comportamiento.
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